martes, 23 de febrero de 2010

- ¿Alguna vez se te ha antojado hacer un trío? - ¿Qué?, chinga tu madre (portazo)

Mas o menos eso fue lo que sucedió con alguien con quien me relacione, alguna vez, hace tiempo, y nunca tuve dichoso trío, bueno si pero ya es historia aparte y no fue con él jejeje.
Después de lo carnal y sexual puede haber tríos?, entiéndase pues puede haber una "pareja" de 3, que bueno en este mundo ya hay todo tipo de cosas vacas locas, androides y por ahí anda suelta hasta Ninel Conde (jajaja), ok, ya volviendo lo que decía, el tema realmente me intriga, digamos que principalmente la película Shortbus (que ya ha sido mencionada tanto por Gusipacio como por mi) me puso a pensar en esa situación una relación abierta a 3 personas, digo en la peli lo manejan bastante bien, son una pareja introducen a un tercero y en cierta forma seguían ese amorío perfectamente; ahí es donde yo me pregunto ¿hasta que grado es tan posible este tipo de relaciones/noviazgos/matrimonios de mas de dos personas? ¿realmente no hay celos entre uno y otro y otro, de ellos mismos? bueno no se, son mas o menos el tipo de dudas que me surgieron y otras mas.
Otro punto, se dice que los homosexuales solemos ser muy promiscuos y no hay posibilidad de en algún momento vivir estables de una forma monógama, eso es lo que reza el mito, en lo personal luego si tiene razón en la primera parte, pero la verdad es que cuando estoy en pareja jamás he sido infiel ni nada de eso como rompiendo la monogamia formada, en otro de los temitas que me puse a pensar es que probablemente se generan este tipo de relaciones como para romper el aburrimiento y monotonía y así disminuir la probabilidad de infidelidad PEEEEERO por otra parte solo podría ser por que ambas tres personas se gustan y se quieren mucho y se soportan como para llegar a vivir y convivir juntos, bueno no se el caso es que mas que post les dejé un montón de preguntas mas que nada y por que?, no se simplemente se me ocurre y bueno que también he pensado en alguna vez tener una relación del tipo por que no, peeeeero HOY NO


hay lo siento andaba falto de ideas otra vez, juro que ya pronto pasará esta mala racha y les traeré un bonito post ,,,

lunes, 22 de febrero de 2010

De quienes juran que soy gay

El otro día me pasó algo de lo más curioso. En realidad no fue curioso; ni siquiera clasificable como extraordinario. Tuve una –no ardua- discusión con alguien quién afirmaba que yo era gay. La verdad ya no me sorprende, pero la insistencia llega a ser molesta, en especial cuando viene de un gay que no bromea.

Este tipo de encuentros me ha sucedido bastante seguido desde que entré a la prepa –antes de ella sólo me clasificaban o tachaban de marica (sic). He aprendido a lidiar con ellos. Uno aprende a fuerza de golpes. Los diversos encuentros y sus explicaciones son tema para otro post el cual sería un tanto más jocoso. Hoy más bien me quiero enfocar en la molestia que puede ser dicha insistencia.

El evento ocurre como siempre. Dentro de un grupo, algún gay afirma que soy gay. Se basa en hacer esa revelación propia en mi forma de vestir, hablar y actuar. Sí, acepto no ser la persona más masculina de este planeta; que a veces tengo actitudes de las locas o que me emociono por ver un par de zapatos. Sin embargo, estas cosas no tienen nada que ver con mi preferencia sexual. Sigo sin entender entonces porque la generalización. Que me guste arreglarme, usar colores no tan masculinos en prendas no tan masculinos no significa que me guste tener relaciones con hombres. Significa que me gusta cómo me veo con esa ropa –sea o no masculina-. Que me guste hablar de otras cosas que no sean carros, mujeres buenotas, eructos, deportes y etc., no significa que sea –en palabras de otros- una loca. Significa que no disfruto esas cosas. Uno no tiene porque ser homosexual para disfrutar del diseño –sea de interiores, zapatos, ropa tanto de mujer como de hombre- y que lo haga tampoco lo hace a uno homosexual. Son dos cosas completamente independientes –es decir, ni son auto excluyentes ni auto incluyentes.

Lo molesto no es que te pregunten que eres gay. Las generalizaciones son comunes. Lo molesto es la persistencia de su aclaración; el no ser capaz la otra persona de romper su paradigma. La insistencia de que eres de closet; que no te has dado cuenta que eres gay todavía, sin saber cuál ha sido tu historia sexual y sin más evidencia que lo superficial y gustos. De misma manera podemos decir de una persona que le gusta en negro que es depresivo cuando puede ser que simplemente le guste vestirse de negro.

Me parece inverosímil esta actitud, puesto que es una forma de juzgar muy parecida a la discriminación –ojo, no digo que sea discriminación. Déjenme explicarme. Si uno al momento de juzgar a alguien por cómo se viste, sus gustos y creencias, encasillamos a ese alguien dentro de un grupo, ¿qué diferencia hay entre eso y tratar con diferencia a alguien por razón de sexo, raza y posición socioeconómica? ¿Acaso a un negro, por tener ese color de piel, necesariamente debe gustarle el hip hop? ¿Acaso no puede a uno gustarle la banda sin ser norteño?

Creo fervientemente en que puedo elegir como expresarme sin tener que ser juzgado y encasillado en un grupo sólo por ello. Una vez más, la persona hace los gustos, no los gustos a la persona. Bueno para fortuna de muchos, si soy gay...

domingo, 21 de febrero de 2010

amores forzados y chafas

una vez escuché o leí por ahí que para escribir bien no hay que encariñarse con las ideas. o sea que, por más que nos guste una idea, si no sale no sale. y forzada, pues sí sale, pero forzada y chafa.
pasa con todo.
pasa con las parejas. de vez en cuando pasa que a alguna despistada o despistado se le ocurre la idea de que alguien es maravilloso. o maravillosa.
y trabaja la idea imaginándose junto a ese alguien supuestamente maravilloso, construyéndole un altarcito (o altarzote, dependiendo de estaturas, pesos y habilidades de cada caso), inventándole cualidades, justificando y soslayando defectos o incompatibilidades.
y mientras más pasa el tiempo más se engrana porque ya es mucho tiempo invertido en esa idea, o porque le da hueva buscarse otra, o porque ya le compró anillo de compromiso a la medida, o por lo que sea.
y si finalmente la idea se materializa, aquella o aquel despistado la estira para que "le quede", aunque en realidad esa idea materializada, ese dizque amor forzado, artificial, le queda como uno de esos suéteres que luego ni tapan el frío y además la hacen a una lucir gorda, aunque ni esté tan de mal ver.
y mientras más tiempo pasa así, más cariño se le agarra al suéter feo. y más difícil es soltarlo.

con suerte algún suceso, algún espejo o alguna vulgar epifanía conseguirán que el despistado o la despistada se dé cuenta de que el suéter se le ve horrendo y además se le mete el frío por ahí; de que con el tiempo y las lavadas ya se llenó de bolitas (y no de las divertidas), tiene agujeros por todos lados (and not in a good way) y sencillamente no funciona.

entonces, quedamos que con suerte, se desprenderá de la idea (o ideo), que quién sabe a qué hora se volvió novia (o novio), que quién sabe a qué hora se convirtió en suéter... o suétera.

y a empezar otra vez (o no).

digo, me han contado.

y en otro orden de ideas, se vende suéter ligeramente usado, talla s... o se cambia por uno talla m, o chamarra de piel.

gracias.

¡ABAJO LAS ETIQUETAS! ¡El sexo es sexo y punto!

Una de las cosas más raras para mí es la etiquetación de determinados grupos según la sexualidad que practican, como por ejemplo, que sin son heterosexuales, homosexuales, lesbianas, bisexuales, transgéneros, transexuales y desde hace como un año, intersexuales, pero ¿acaso una persona por ciertas prácticas debe ser catalogado en alguna de ellas? Podrían ustedes pensar que yo tal vez sea bisexual, pero para esto debe de haber una interacción equitativa entre mi hipotética pareja y su servilleta  o tal vez sería que fuera heteroflexible, pero para esto tiene que haber otras cositas para ponerme la citada etiqueta de una buena vez.

Como tengo ya la sospecha de que los estoy haciendo bolas en tan poco texto, sólo les comentaré que para mí, la sexualidad es el pleno disfrute de nuestro máximo placer sin pensar en “el qué dirán”, “el pecado” y otras telarañas mentales; y que cada quién tiene el sano derecho de disfrutarlo como se les pegue la gana. Por ejemplo, me pongo a mi mismo: me llaman la atención los hombres como fines de excitación y toda la cosa, pero cuando se trata del acto carnal, prefiero hacerlo con una mujer. (CREO :S) Esto podría ser un síntoma de que tal vez esté en lo erróneo, no tenga identidad sexual (por lo que es urgente un acostón, según esta corriente) o que mi subconsciente me indica el quererme volver “machín”, la neta no lo sé, pero aún así la sigo disfrutando y listo, y si todo esto sigue así hasta los 30 o 40 años, pues no importa para mí. Al menos tengo la convicción de que estoy disfrutando mi sexualidad sin que alguien me diga “es que eres un maricón, no te gustan las viejas” o “no mereces ser homosexual, pinche reprimido de clóset”, porque como podrán ver, no soy ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario (al final resultó más revuelto que los cables de mi laptop, sorry). Es por eso que para evitarme problemas conmigo mismo, lo que pienso simple y sencillamente es lo siguiente: “Yo no soy hetero, , ni heteroflexible ni bisexual, solamente soy erickss y punto, y así me siento cómodo”, y por supuesto, a pesar de tener rastros de conservadurismos (secuela de una vida infantil idílicamente religiosa), disfruto como pueda y en la medida de mis posibilidades mi sexualidad, desterrando (o por lo menos, el intento de eso) las cucarachas dizque moralinas que pululan en mis neuronas. Y claro, déjenme decirles que aquí en mi ciudad, cuando me ven, piensan que soy un chavo tranquilo, desinteresado en el sexo y otras cosas, el cual también es aplicable para los amigos-colegas.camaradas del ciberespacio, pero nadie sabe que debajo de esa carita de niño inocente (a mis 20 años, zafo), existe un juguetón sexual con proezas  porque supongo que nadie (mucho menos en un ambiente tan libre como acá) se escandaliza por la masturbación.

Como sea, el caso es que ustedes, car@s lector@s, saben cómo se disfruta la sexualidad: hombres con hombres, mujeres con mujeres, hombres y mujeres, tríos, sadismo, masoquismo (o ambas), heteroflexibilidad, transvestismo, aclarando también que lo único reprobable en términos sexuales es la espantosa trinidad formada por la pederastia, necrofilia y zoofilia (bueno, cuando se trata de dibujos furry, como en mi caso, es aceptable); en fin, es una de las grandes revoluciones de los últimos tiempos, y claro estas luchas por la reinvicación de la diversidad sexual será considerada conquistas cuando ya la sociedad se quiten el chingado velo de la estulta mojigatería (Oh sí, vivimos en un país siempre güey fiel, puag)....
hay !! yoo!! ya me voy !!  ------>

miércoles, 17 de febrero de 2010

Pesimismo documentado

Pesimista contra optimistas. Ciencia pura o pura especulación . Dogma o dudasa frase hecha. El nombre de cierto señor Murphy.

 

                                                                   Ante el incesante bombardeo de los optimistas que inundan internet con presentaciones de power point llenas de mensajes tipo “ atínale a sol y volaras” “vive tu visa al máximo” acompañados de música dulzona, no me queda mas remedio que traer a colación la famosa ley de Murphy: “si algo puede fallar, fallara”

Este enunciado tiene varios corolarios, mis favoritos son:

Si existe la pasibilidad que  varias cosas salgan mal, saldrán mal aquellas que causen el mayor daño

Si se dejan al azar las cosas, tendrán a ir de mal en peor.

Si esa persona tiene la oportunidad de cometer un error, lo hará.

La aptitud universal para la ineptitud hace que cualquier logro humano resulto un milagro.

La cantidad de información falsa que se obtiene sobre cualquier tema, es inversa proporcional al valor real del mismo .

Sexagesima tercera ley de Murphy:  el error nunca se equivoca

Otras razones por las cuales la vida es irritante.

 La forma popularizada de la de de Murphy “ si algo puede fallar, fallara”, -se refire al funcionamieto patalogico del universo, el hecho de que el cosmo para conspirar en contra nuestras. Todos lo hemos percibido en algún momento, por eso sacemos a Murphy en colación para explicar la innata perversidad de los objetos inanimados:  -el mapa que se rompe justo en donde queremos consultarlo, el carril contiguo que simpre avanza mas rápido, el pan que simpre cae al suelo del lado de la mantequilla… Al menos este ultimo caso hay una razón: el pan pasa mas de lado que tienemantequilla/mermelada, asi que la gravedad actua sobre el y paf!  La parte mas sabrosa al piso, ah, si tan solo la ciencia pudoera explicar los otros casos…

Errar es  humano.

Aunque culpar al universo resulta divertido y consolador. Murphy siempre rechazo la interpretación “cósmica” de su ley, e intento convecer a sus contemporáneos de que el había querido decir algo muchos mas seria y aterrador “ si existe mas de mas de una forma de hacer algo y una de esas forma culmina en desastre, entonces algien terminara haciéndolo asi” y el ultimo corolario  de la ley de Murphy “ si descubres que existen cuatro maneras posibles en que un procedimeinto pueda fracasar, y logras solucionarlas, entonces surgirá inevitablemente y rápidamente un quinta posibilidad de falla”

Es pesimismo o sabia actitud pervisora?

 

martes, 16 de febrero de 2010

humor tonto, para genteinteligente




No todo tiene que ser sexo, estas de acuerdo?


lunes, 15 de febrero de 2010

5to. Festival de Cine Gay

El 5to. Festival de Cine Gay se desarrollá entre el 15 y el 21 de febrero proyectará cintas de México, Francia, Estados Unidos, España, Alemania, Italia, Finlandia e Inglaterra. El ciclo homenajeará a Julián Hernández y Roberto Fiesco. Las sedes que albergará el encuentro fílmico son la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario, la Sala Fósforo, el Auditorio y la Sala de Conferencias del Museo Universitario Arte Contemporáneo, todo esto dentro del campus de la Universidad Nacional Autónoma de México.


El tema central del encuentro es “Documenta fílmica gay”, porque se considera todo el cine de esta temática como un documento o archivo muy importante en el sétimo arte. Como ocurre con buena parte de la producción cinematográfica en México, el problema que enfrenta este tipo de cintas es la falta de recursos. Aunque no han sido totalmente superados, los prejuicios y la homofobia ya no son tan determinantes.

“No vamos a apoyar películas de maricones”, es una frase que no olvidará nunca el productor y director Roberto Fiesco. Se la dijeron en una institución federal cuando buscaba recursos para “Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor” (2003), dirigida por Julián Hernández, con quien trabaja de la mano hace casi dos décadas. Hoy esta frase le suena absurda: se trata de la única mancuerna en el cine mexicano que ha llevado tres cintas al hilo al Festival de Cine de Berlín y ha presentado su trabajo en más de 100 festivales internacionales.

La programación de más de 40 películas se proyectarán dos por día en la Sala Fósforo; dos en el Auditorio y una en la Sala de Conferencias. En la Sala Julio Bracho se presentará una selección se sus trabajos en largo y cortometrajes, así como una selección de cortometrajes mexicanos gay. Las cintas, provenientes de ocho países, representan una amplia revisión de la temática en el cine contemporáneo, además de películas representativas.

Sería interesante poder ver todos los films presentados en el festival, pues son diferentes puntos de vista sobre la sexualidad. Es grato saber que en México se están haciendo pequeños esfuerzos por difundir las cintas con temática homosexual.

En Horabuena,, !!



Hola, hola mis 9 segidores y mas lectores... 

regreso de mis vacaciones y con ganas de escribirles mucho, y mas de mi ... 

comenten y pidan que es lo quieren leer, ver en esta su blogger gay locura linda,,,

Metro del D.F, lugar idóneo para el ligue gay

Miembros de esta comunidad admiten que este lugar, especialmente el último vagón, es propicio para hallar pareja e incluso "conseguir un encuentro sexual; todos sabemos eso", explican. 

Se miran, se gustan, se hacen ojitos, sonríen. Van en el vagón postrero del Metro. Se invitan, a través de gestos, a bajar en la siguiente estación que es Sevilla. Es la primera vez que se encuentran. Al llegar, los dos varones se saludan y se alejan platicando.


El último vagón, concretamente la última puerta -al otro extremo de donde está el conductor-, es para la comunidad gay del Distrito Federal su lugar preferido del Metro para reunirse, concertar citas, encuentros amorosos y ligues ocasionales.

Polanco, línea naranja. La gente, casi todos hombres, se amontona en el último rincón del vagón. Van muy juntos, apenas pueden moverse; a algunos no les molesta, aprovechan y se acomodan con quien "busque un arrimón" o toquetearse y, si se da el caso, sacar un teléfono o una cita.

Muchos gays viajan aquí porque "es un lugar donde puedes ligar y conocer gente con sólo una mirada e incluso conseguir un encuentro sexual; todo gay sabe eso", explica Gerardo, pasajero del último vagón.


Roberto y Juan se conocieron en ese lugar. "Si todo sigue bien" se registrarán como "convivientes", al amparo de la recién aprobada Ley de Sociedades de Convivencia para el DF, aunque explican que las relaciones casi nunca son duraderas, muchos sólo buscan "conocer gente o pasar el rato o la noche; comúnmente son relaciones espontáneas, fugaces, o sólo el momento sexual".


Insurgentes, línea rosa. Las parejas gays se besan y acarician con plena libertad, como si nadie los viera. Son las 10 de la noche. Parece que este espacio del Metro, el último vagón, se ha vuelto el primero en tolerancia y respeto hacia los homosexuales: nadie les dice algo, no los ven feo, no los insultan.

Gerardo, de 22 años, relata: "A altas horas de la noche, como el vagón va casi vacío, es probable que si conoces a alguien ahí, haya un encuentro sexual. He visto que hay gente que de plano tiene relaciones ahí o se hacen sexo oral; o simplemente se piden sus teléfonos. En horas pico el último vagón está repleto de hombres que a veces se van toqueteando o se masturban en presencia de los demás". Sin embargo, expresa, hay personas que pasan el límite y hay desprestigio para la comunidad. "Para muchos gays es sólo una manera de divertirse, ¡imagínate la adrenalina de hacerlo en un lugar público y con gente!"

Cosan que pasan...

Pero no todo es miel sobre hojuelas. Hay testimonios de que en ese último vagón también se suben personas que buscan otras cosas.

Además del clásico "arrimón" en detrimento de las mujeres, en este lugar regularmente se suben señores, serios, sigilosos, que poco a poco se acercan a jóvenes para manosear sus órganos sexuales. Lo hacen "como si les temblara la mano y tú crees que es natural porque vamos muy pegados en el Metro, después te das cuenta que es cada vez más constante y con más confianza. Y eso no es normal, te quitas o le dices algo", recuerda un joven víctima de dicha experiencia.

O el caso de un señor de unos 50 años, sucio y haraposo, que sentado en ese último rincón del Metro, leía su libro vaquero ávidamente, pasaba las páginas rápido y se detenía en las que mostraban mujeres voluptuosas y con grandes curvas. Pero no sólo leía, las saboreaba y las besaba como si fueran de carne y hueso, hasta llegar al punto de sacar una lupa triple para ver mejor las proporciones de los dibujos, y después pasarse la revista por todo el cuerpo, sacar su miembro y comenzar a masturbarse. Lo único que se oyó en ese momento fue la conversación de dos mujeres: "¡ese asqueroso!", dijo una; la otra respondió con una broma que hizo reír a la mayoría de hombres: "quisieras que fuera tu novio".

fuente "el universal"

lunes, 1 de febrero de 2010

Necesidades especiales

Sábado a mediodía. Afuera, la ciudad transcurre con la rutina de un fin de semana más. Adentro, el espejo de una habitación cualquiera de un lugar cualquiera refleja dos cuerpos. Dos personas, dos perfectos cabrones, dos mundos opuestos y con pocas similitudes que, sin embargo, han decidido en ese momento darse el todo por el todo. No son neófitos, cada uno sabe lo que hace con el otro. Con un largo camino recorrido en esto de las artes amatorias, cada quien pone de sí para no dejarse aventajar por el semejante. La temperatura se eleva, el sudor corre. Las manos suben y bajan, entran y salen, en una labor ardua y ansiosa de reconocimiento del terreno, de encontrar el punto exacto en el cual doblegar al otro y hacerlo pedir más. Los dedos se entrelazan, las manos estrujan, los brazos rodean, las lenguas se encuentran, exploran cada rincón buscando respuesta en forma de un suspiro, un quejido leve o un gemido profundo. Los labios se funden en un beso. Los besos se vuelven peregrinos. Recorriendo geografías corporales bajan por el torso, se entretienen en la curva de la espalda y hallan al fin destino entre las piernas del contrario. Los cuerpos se admiran, se desean, se dicen cosas al oído. A sabiendas de que hay condicionantes.

“Soy tuyo aquí y ahora” fue lo que Número 1 dijo desde un principio. Número 2 dijo aceptar los términos. En el fondo, muy a su pesar. Pero ¿para qué se hace el tonto? Ya sabía que a eso iba, y que de eso no pasaría. Así que ¿por qué esa sensación de tristeza? Número 2 está siendo muy ingenuo…y muy inmaduro. Al final, acepta la situación. Después de todo, si es “aquí y ahora” hay que hacer que valga la pena. Y Número 2 se esmera. Número 1 se abandona a las sensaciones que éste le provoca. Que son muchas. E intensas. Los movimientos se tornan más urgentes, menos controlados. La habitación se llena de murmullos, quejidos, suspiros, resuellos, gemidos. Las caderas van y vienen. Arriba, de lado, de frente, de rodillas, de espaldas. Ambos se entregan sin reservas. Los cuerpos se embisten, sus dueños se sorprenden mutuamente de lo que son capaces de hacer. Y entonces ocurre. Número 1 estalla en un orgasmo intenso, incluso espasmódico. Número 2 hace lo propio. Ambos se desploman, exhaustos. Pero satisfechos.

Número 1 tiene que irse. Hay alguien más que lo espera. Con quien comparte sus días y la mayor parte de las noches. Se viste casi de inmediato. Un breve abrazo de despedida y un hasta pronto. Y se va…..Número 2 se queda, en medio de una apacible tristeza, tonta nostalgia anticipada. Sonríe levemente para sí. Gira la cabeza hacia la almohada contigua, ahora vacía. Uno más…¿o es acaso uno menos??

Es muy probable que nunca vuelvan a verse. Al menos no en persona. Al menos no tan cercanamente. Sin embargo, cabe la ligera posibilidad (sí, muy ligera), de que cada quien se cruce por los pensamientos del otro. Aunque sea de forma fugaz. Y que ese sábado a mediodía en una habitación cualquiera de un lugar cualquiera sea recordado. Y que ese recuerdo trascienda lo momentáneo y lo intangible. Tal vez, sí. Sólo tal vez..

 
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